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Beneficios de cenar pronto

19 December 2020

El 2020 ha sido sin duda un año clave en nuestras vidas. La situación derivada del virus covid introdujo cambios drásticos a la hora de relacionarnos en nuestro contexto social. Estos cambios originaron modificaciones en nuestra conducta, tanto fuera como dentro del hogar. Este año ha sido diferente para todo el mundo en todos los sentidos. A la hora de hacer planes, comidas, cumpleaños …etc, ha hecho que modifiquemos nuestra forma de vivir y lo más importante, nuestras rutinas. Una de las rutinas más afectadas ha sido la hora de las cenas, debido al hecho de que tenemos que estar más pronto en casa por las medidas restrictivas.

El cenar pronto, sin embargo, nos aporta muchos beneficios que nosotros no teníamos en cuenta. Entre estos beneficios contamos con los siguientes:

1. Mantener un peso saludable: Por la noche las digestiones se tornan más lentas. Si tomamos alimentos bajos en carbohidratos y sencillos de digerir facilitamos el proceso de digestión antes de iniciar el proceso del sueño. El hecho de cenar antes facilita que los niveles de melatonina en sangre que se dan durante horas más tardías no inhiban tan significativamente la acción de la insulina, responsable esta última de pasar el azúcar en sangre al interior de nuestras células.

2. Tener un sueño reconfortable: Existen alimentos que, por su composición, o la hora de sus tomas, pueden interferir en el desarrollo del sueño. Sin embargo, el hecho de cenar pronto facilitando la digestión antes de dormir, permite que el organismo pueda centrarse en otros procesos ajenos a la digestión, otorgando al descanso una mayor calidad.

3. Mejora el metabolismo: Como mencionábamos anteriormente, conforme va llegando la noche nuestro metabolismo se va haciendo más lento, y debido a ello se ralentizan todos nuestros procesos. Cenar pronto hace que nuestro organismo cuente con más tiempo para procesar los alimentos, facilitando la metabolización y por tanto la absorción de los nutrientes.

4. Evita picar entre horas: Una de las rutinas más extendidas es precisamente la de picar entre horas. Si adelantamos la hora de la cena, limitamos de forma significativa el tiempo del que muchas personas disponen para ingerir alimentos, muchos de ellos insalubres, a destiempo.

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