Excesos pasados y nuevos propósitos
Como cada año, damos por finalizada unas fechas de cariño, familia, regalos y excesos.
Asumimos durante las navidades comidas abundantes como si de algo normal se tratase. Esta normalidad puede no ser alarmante en un primer momento, pero no debemos olvidar que el consumo de muchos de los productos que están presentes en casi todas las mesas no son precisamente alimentos catalogados como saludables. Azúcares, grasas saturadas, hidratos de carbono, purinas…elementos presentes en algunos productos como turrones, embutidos, o marisco tienen un componente nocivo si la cantidad que introducimos en nuestro organismo es elevada. Muchos de ellos se correlacionan con enfermedades como el colesterol, los problemas cardiovasculares o la gota y por ello no debemos olvidar que una fecha concreta no debe condicionarnos tan negativamente.
Nuevo año, nueva etapa. Existe una gran cantidad de personas que asume el cambio como un reseteo en lo que se refiere a estilos de vida. Y aquí tenemos otro de los problemas que mas se visualizan en estas fechas. Propósitos que no van más allá del apartado estético. Rutinas maratonianas de gimnasio (incluso en personas sedentarias el resto del año) o dietas con efecto rebote son algunas de las dinámicas que deberían cesar de una vez por todas.
Tenemos que tener claro un concepto básico. Si existiesen métodos milagrosos no existirían los problemas que antes hemos mencionado, ni sobrepeso, ni enfermedades derivadas de una mala alimentación. Pero no existen. La clave reside en adaptarnos a un estilo de vida saludable. Ejercicio físico regular y adaptado, y una dieta variada y equilibrada es la solución. Es un camino exigente para algunas personas, pero con insistencia y constancia no existe nadie que no pueda producir el cambio.